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Ntra. Señora de las Angustias

Jesús Nazareno Utrera

La Virgen de las Angustias es una imagen realizada para vestir, teniendo terminadas y encarnadas la cabeza y manos, residiendo en la Capilla de la Hermandad desde la mitad del siglo XIX.

Esta querida representación de la Virgen, constituía hasta hace poco uno de los grandes enigmas de la Semana Santa de Utrera (en la que se la reconoce como la Dolorosa bajo palio más antigua), debido a la ausencia de datos sobre su autoría, la dificultad que supone su atribución, la escasez de informaciones en cuanto a descripciones y el constante cambio de advocación ,en la que aparecen distintos nombres sin llegar a comprender, en algunos momentos, si se trata de la misma o de otras imágenes.

El primer dato, nos llega de las primitivas reglas de la Santa Cruz de Jerusalén, año 1.586, capítulo II, al tratar sobre la procesión del Viernes Santo: ".y al cabo de la dcha. procecion con otra tanta cera, en la manera dcha., se lleve una imagen de la virgen sancta, Mª, señora ntra...”

En 1634, encontramos una noticia sobre el conflicto entre caseros para ocupar nuestra capilla, donde aparece el nombre de Ntra. Sra. de la Encarnación, añadido al título de San Bartolomé y de la Sta. Cruz de Jerusalén, al referirse a nuestra Hermandad. En 1702, en documento de una visita pastoral efectuada por D. Pedro Laredo Serrano, se describen los altares de la capilla: "...Y después paso y visito dentro del arco toral en la capilla otros dos Altares el uno al lado derecho de la imagen de Ntra. Sra. de la Encarnación y al siniestro la imagen de Ntra. Sra. de la Soledad”. El título de Ntra. Sra. De la Soledad, era común en estos tiempos para nombrar a las dolorosas.

Hay constancia en la Hermandad, de que hacia 1793, la imagen necesitaba entre otros arreglos, policromarla de nuevo y pintarle el globo ocular. Existe una carta de un dorador estofador, en 1795, en que se refiere la conclusión de los trabajos sobre la talla, y como postdata de la misiva, aparece: "va la misma cabeza, porque no ay qn. Haga otra como ella. Es de Dn. Marcelino Roldán = excelente." Por tanto es evidente que la talla restaurada tenía cierta antigüedad; así mismo, el recibo está extendido como intervención de la Virgen de los Dolores y, sin embargo, en el asiento del libro del mayordomo se escribe Virgen de las Angustias; siendo la primera vez que aparecen ambas advocaciones en la Hermandad. Se facilita un dato sobre la autoría de la cabeza de esta imagen, por el que deducimos que era de calidad, no habiendo imaginero en la Sevilla de 1795 capaz de superarla, e incluso se afirma que es de Marcelino Roldán, componente de la extensa escuela de Pedro Roldán.

De 1841, sabemos del nombramiento por parte de la Clavería de la Hdad. del Jesús, de la camarera de Ntra. Sra. De la Soledad de la Hdad. del Sto. Entierro en la persona de Dª Mª de la Soledad Silva. Resulta significativo, que en el cuaderno de cuentas de este año, se haga referencia a "los gastos q. se ha originado en las cofradías de N.P.J. y Santo Entierro" y al pago de 20 reales por "limpiar la Corona dela Soledad del Carmen".

Será en la segunda mitad del siglo cuando, de ser cierta la teoría de que nuestra actual imagen de Ntra. Sra. de las Angustias es la antigua de la Soledad, posiblemente se efectuó el cambio de sede desde El Carmen, ya que su hermandad estaba extinguida y no quedaban frailes, sólo el templo abandonado. Además es significativo, gracias a la comprobación que podemos hacer al conservarse algunas relaciones de enseres e imágenes de este período, de que se detalle una sola imagen de la Stma. Virgen, casi siempre con el nombre de Soledad.

Como comentábamos al principio, hasta hace poco no se conocía atribución  ni autoría. Aunque hace unos años, entendidos atribuyen la imagen al círculo de Pedro Duque Cornejo, nieto del insigne Pedro Roldán y sobrino de Luisa Roldán, “La Roldana”, por similitudes con otras obras documentadas o atribuidas de este autor (Soledad de Écija, Benacazón, Puente Genil, Hinojos o Angustias de Sanlúcar la Mayor).

Restauraciones

 

Respecto a las intervenciones conocidas, aparte de la ya comentada de finales del s.XVIII (1793), se saben de las practicadas por Antonio Eslava Rubio (1953), que realizó el juego de manos actuales, y por Luis Ortega Brú (1979), siendo sin duda la mayor de ellas, otra realizada en 1985, por José Rodríguez Rivero-Carrera.

La restauración consistiría en la eliminación de barnices, estucos y repintes sobrepuestos hasta dejarlo en lo antiguo original; se afianzarían sus uniones, se fijaría la policromía y se reintegrarían las capas de color que le faltaban, siempre conservando su calidad original antigua. También se le apreciaron la mala conservación del candelero y brazos, por lo que fueron cambiados y se inclinó un poco el busto, ya que su postura era muy rígida.

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Aplaca, Señor, tu ira.
Tu justicia y tu rigor.
Dulce Jesús de mi vida,
misericordia, Señor.